Nos aproximamos a unas
fechas señaladas en rojo en todos los calendarios del mundo: la Navidad,
caracterizada por los reencuentros familiares, las comidas y cenas de empresa,
el intercambio de regalos entre familiares y amigos, etc.
Pero muy lejos de interpretar
esta época como tiempo para estar con la familia y amigos y reunirse todos para
hacer balance del año que llega a su fin o simplemente contarse anécdotas y
ponerse al día, la gente toma las costumbres y festividades consumistas de
otros países como modelo. Al igual que Halloween
es una festividad pagana americana que hemos acabado adoptando prácticamente
todos los países, la globalización ha favorecido para que fechas como el Black Friday (celebrado en EEUU el
cuarto viernes del mes de noviembre, el día después del Thanksgiving Day) y su complemento, el Cyber Monday, lleguen también a los calendarios del resto del
mundo. Estas fechas y eventos lo único que fomenta es el fanatismo del
consumismo, que lleva a las masas a comprar todo tipo de artículos, los necesiten
o no, simplemente por el mero hecho de las gangas que se pueden encontrar estos
días.
Tampoco hemos de olvidar
que la festividad de Papá Noel, original también de tierras norteamericanas, ha
sido incorporada a nuestra agenda a causa de la mundialización tan notoria durante, sobre todo,
el último siglo.
Centrándonos en España,
la presencia del cristianismo, nos llevó en un principio a crear el evento de
los Reyes Magos, en el que los niños cuyos padres podían realizar gastos
extras, recibían un regalo ese día, emulando la ofrenda que estos le hicieron
al niño Jesús días después de su nacimiento. Sin embargo, aunque el día en el
que todos los niños esperan la llegada de Santa Claus coincida con el
nacimiento de Jesús según la cultura judeo-cristiana, esta festividad es
totalmente pagana y no tiene nada que ver con la religión. Es más, el personaje
de Papá Noel fue creado por la empresa Coca-Cola, que más tarde se convertiría
en el símbolo de la felicidad para muchos niños, así como dice el eslogan de la
empresa: “Destapa la felicidad”. Más tarde, este personaje fue adoptado por
diversas culturas y países y, como siempre, España copió también esta
festividad emergente, incitando de esta forma a las personas a realizar más
gastos y promoviendo el consumismo que, a día de hoy, sigue y sigue en aumento
debido al poder que ejercen sobre las masas las grandes empresas y sus campañas
para captar más clientes y beneficios, como los mencionados Black Friday y Cyber Monday.
Buenas tardes:
ResponderEliminarMe ha parecido muy interesante que centres tu reflexión en el lado consumista de la Navidad, como tu bien dices estos personajes navideños o religiosos han llevado a las masas de gente de todos los países a derrochar el dinero en estas fechas, al igual que los días que señalas como el Black Monday. Por último quería centrarme en el último párrafo, señalar que Santa Claus no fue creado por Coca Cola, pero si fue re-diseñado por esta que es prácticamente lo mismo que haya sido creado por esta empresa, ya que muy poca gente conocía de él. Coca Cola le dio ese color rojo y lo popularizó.